"En 2011 volví a la misma bodega en la que en 1987 había hecho mi primera vendimia, entre el frío y los viñedos más altos de Portugal. Esto sucedió en el pequeño pueblo de Vermiosa, en una de las zonas más remotas de la península ibérica, en la zona fronteriza entre el Douro Superior y la Beira Alta. En esta región existe un patrimonio vitivinícola con mucho por revelar: viñas viejas con variedades autóctonas perfectamente adaptadas al ambiente rústico provocado por la gran altitud en combinación con el suelo que mezcla esquisto, granito y cuarzo. Los vinos BEYRA reflecten la identidad de la región de la Beira Interior, siendo vinos de gran complejidad que resultan de la combinación entre intensidad aromática, mineralidad y frescura.”